Las ganas de volver (o no)

No sabía en qué momento me volvería a animar a escribir, como comentaba en mi última entrada el blog no ha sido una de mis prioridades este verano y suele suceder que cuando dejas algo aparcado durante un tiempo cuesta mucho volver a retomar la práctica (que se lo digan a mis piernas después de un mes sin pisar el gimnasio…)

Pero aquí estamos de nuevo y con el tema de la vuelta a la rutina de fondo. Lo cierto es que estoy un tanto saturada, consejos para la vuelta al cole por aquí, recomendaciones para la cuesta de septiembre por allá, las ganas que tenemos de que vuelvan al cole y retomar el orden…  Y es que tenemos todas las ganas del mundo  de que lleguen las vacaciones pero en cuanto pasan un par de semanas  el colegio y las extraescolares se nos antojan como un universo maravilloso, o eso parece.

¿No será que no sabemos disfrutar de ese tiempo entre rutina y rutina?  ¿O será que estamos programados para llevar una vida pautada donde las salidas al parque a las 8 de la tarde, los saltos en el sofá a las 10 de la noche o los desayunos a las 11 de la mañana no tienen cabida?

Me pasa que cuando no hago más que leer “que ganas de que vuelvan al cole” me entra una especie de rebeldía interna y, aunque estoy de acuerdo en la necesidad  de este retorno a la calma, me gusta verlos asalvajados, sin horario, disfrutando de sus juegos sin mirar el reloj  e inventando planes  para pasar las largas tardes de verano. Me da pena  esa vuelta, encasillarlos de nuevo en el sistema, hacerlos madrugar y cortar las tardes de parque. Especialmente para el mayor que este año en su entrada en Primaria se va a tener que enfrentar al maravilloso mundo de los deberes escolares, ya veremos cómo va la lucha.

Por tanto en esta época del año no puedo evitar sentirme un tanto bipolar, alegría por la vuelta y pena por el fin de esta etapa de libertad. Intento compaginar y volver a retomar horarios “normales” pero sin dejar de lado otras actividades “vacacionales”. Vamos mentalizándoles de lo divertido del reencuentro con los amigos, transmitiéndoles la emoción de un nuevo curso, implicándoles en la compra del material escolar… Y sí tienen ganas de volver, y sí tengo ganas de que vuelvan, pero como cada año desde que tengo hijos la nostalgia por el paso del tiempo me invade. El verano simboliza mi cambio de año particular y ver como vuelven más altos y mayores pues, qué queréis que os diga, me da pena.

Y ahora decidme, (¡que tengo muchas ganas de leeros!) ¿Cómo lleváis el regreso? ¿Con ganas de cole? Seguro que no soy la única que se siente bipolar…

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