¿Mejoran las rutinas la capacidad de adaptación del niño?

Hemos pasado entre unas fiestas y otras la friolera de 20 días de idas y venidas, donde los horarios se han descontrolado (más aún gracias al cambio de hora), las actividades organizadas se han visto modificadas y los niños han campado a sus anchas sin hora de levantarse ni obligación de ir al cole. En casa no es que tengamos el día programado pero sí hay una serie de rutinas establecidas desde que nacieron con las que intentamos marcar el horario y ayudarles a adaptarse al ritmo diario sin agobios.

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Con las vacaciones estas rutinas se trastocan pero a lo largo de estos días me he dado cuenta de que si las tienen interiorizadas de lo que se trata es simplemente de adaptarlas al nuevo estado e incluso crear nuevas. Su rapidez de adaptación a estos cambios me indica que en contra de lo que pueda parecer las rutinas no solo no entorpecen la improvisación o evitan que aprendan a adaptarse a los cambios, al contrario, les hacen más flexibles y no les cuesta tanto pasar de una a otra.

Bajo mi punto de vista si los niños saben lo que va a suceder en cada momento están más tranquilos (especialmente a ciertas edades) que si cada día llega el baño a una hora, se cena en un sitio diferente o un día sales a la calle y otro no. Sabiendo lo que pueden esperar están preparados para afrontar tranquilamente un cambio o adaptar una actividad, crece su seguridad en el entorno y son conscientes de su papel a la hora de modificar ciertos elementos.

Dicho así puede parecer inflexible. Un día comentando con otros padres que nosotros SIEMPRE los bañamos por la noche antes de cenar, nos miraron con extrañeza, en su caso esta rutina no estaba establecida, el baño podía ser por la mañana, por la noche o no ser, lo que a su vez nos extrañó a nosotros. No voy a entrar en qué es mejor ya que en ambos casos los niños son fantásticos y felices, lo que defiendo es lo que a mis hijos les va bien y con ellos las rutinas funcionan.

Como decía funcionan porque sobre ellas podemos actuar. Por ejemplo, si ese día tenemos un evento fuera de casa y vamos a volver tarde los bañamos por la mañana. Ante ese cambio reaccionan con sorpresa y les gusta la novedad, además les prepara para vivir un día diferente. También van evolucionando, ahora el objetivo es que el Mayor se bañe solo, por lo que él mismo va cambiando esa rutina y asume así la responsabilidad del baño, lo que siempre es de agradecer…

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En vacaciones y con tantos días por delante hemos creado nuevas rutinas. Los días que no estábamos fuera salíamos por la mañana, al parque, al campo… En definitiva a realizar cualquier actividad que les mantuviera activos. Después de comer llegaba el momento peli, una elegida por ellos, juego y de nuevo un rato de calle. A pesar de ser vacaciones hemos intentado mantener unos horarios a la hora de dormir y por supuesto el baño, asociado a la cena y al relax, aunque se pongan a jugar en el agua, es el último momento del día y tras él llega el descanso. De esta forma los días han pasado de forma relajada, sin el estrés de pensar qué haremos hoy o qué pasará a lo largo del día.

niños biciNo os creáis, que también ha habido tiempo para la improvisación, en Fallas salíamos de casa sin muchos planes e iban surgiendo cosas, muchas planteadas por ellos mismos. Igual que considero básicas las rutinas también opino que tienen que tener capacidad de reacción para actuar cuando las circunstancias cambian. Esto lo ponemos en práctica los fines de semana, “¿qué queréis hacer mañana?”, por si acaso nos salen con un “ir a la feria” y no hay ninguna en 50 km a la redonda podemos acotar: “¿Qué queréis hacer mañana, ir al Gulliver, al parque de arena o con la bici?”.

Por ahora esta forma de actuar nos funciona, ellos saben que hay una serie de cosas que hacer a lo largo del día, lo que les ayuda en su progresiva comprensión de lo que les rodea, pero también saben que hay margen de actuación, que pueden tomar decisiones y que si las cosas cambian no pasa nada, puede ser de hecho una nueva oportunidad.

¿Cómo lleváis el tema de rutinas? ¿Muchas, pocas, lo que surja…?

7 comentarios en “¿Mejoran las rutinas la capacidad de adaptación del niño?

  1. Rutinas, rutinas.. siempre. especialmente las nocturnas: ducha, un ratito de dibujos, cena, cuento (s) y a dormir. Y si un día cenamos pizza mirando una peli guai! y si un día no nos duchamos y lo hacemos por la mañana reguai! Yo creo que a ellos también les gusta saber qué toca y que cuando nos lo saltamos es or algo especial

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  2. Yo siempre he sido de rutinas y creo que fueron muy bien cuando la niña era pequeñita y empezaba a entender cómo y cuando se hacían las cosas.
    Lo del baño lo hemos sacado de la rutina diaria. La piel atópica no deja mucho margen, así que son 2 duchas por semana, como mucho 3, y tampoco son días fijos, bueno, el día de la piscina sí.
    Cuando tenía unos 3 años, tuvo una época en la que desobedecía y tardaba mucho por las mañanas antes de ir al cole, así que hicimos una tabla de tareas y si cada una la hacía rápido y sin protestar gomet al canto. Cuando ya asumió que eso era lo que había que hacer por las mañanas para salir limpitos y aseados a tiempo no hizo falta seguir la tabla, aunque de vez en cuando aun la saca para repasar, jejeje.
    Aunque tanta rutina también tuvo su parte mala. Cuando has engendrado una niña un poco cuadriculada y obsesiva con la perfección y el orden, tanta rutina refuerza sus manías y costumbres. Si de repente quieres cambiar algo de ese orden o rutina, se descoloca tanto que el rebote que se puede pillar es histórico. Aunque ya vamos llegando a un punto intermedio.

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  3. Nosotros por las noches más o menos a la misma hora le bañamos, cenamos y cuentos antes de dormir. Pero hay veces que nos tenemos que saltar esta «rutina» y suele coincidir con que ese día ha sido distinto y ha tenido mucha «juerga». En estos casos duerme peor, pero es por la «fiesta» de todo el día no por modificar la rutina de antes de dormir.

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