Dinópolis, pros y contras de la experiencia con dinosaurios

Buscar planes divertidos los fines de semana es una de las estrategias a las que recurrimos para sobrellevar mejor el cambio que hemos sufrido en casa desde que empecé a trabajar. No es que antes no planeáramos cosas que hacer, pero lo cierto es que me lo tomaba de otra manera. Cuando compartes toda la semana con los niños esa necesidad de contacto al llegar el fin de semana no es tan perentoria como lo es ahora, al menos para mí.

El caso es que recientemente hemos hecho una escapaba a Dinópolis, Teruel. Era un viaje pendiente desde hace tiempo. El Mayor no dejó de insistir desde que se enteró de su existencia y lo cierto es que no nos ha defraudado.

Soy de las personas que busca y se informa hasta la saciedad antes de cualquier compra y esta no iba a ser una excepción. Después de repasar de arriba abajo Tripadvisor estaba dispuesta a vivir la experiencia. He aquí las conclusiones. Espero que os sean útiles.

Dinópolis, impresiones generales

El precio de las entradas (28 euros adulto y 22 euros mayores de 4 años) puede parecer elevado pero una vez descubres el sitio te das cuenta de que está bien ajustado. Eso sí, es un parque temático enfocado a las familias con niños más bien pequeños, más allá de los 10 años puede resultarles demasiado infantil.

Hay varias atracciones y espectáculos. En una jornada intensa (desde las 10 que abren hasta las 8 que cierran) da tiempo a verlo todo, ojo, sin parar. Nada más llegar empezaba un espectáculo, acto seguido era hora de la proyección 3D, en 10 minutos comenzaba la representación T-Rex… Entre unas y otras podías pasar el rato en la Paleosenda que cuenta con una construcción de madera que enamoró al Mayor desde que la vio en fotos.

El parque es amplio, lo suficiente para que todo esté cerca y no se haga pesado ir de una zona a otra, está bien mantenido y el personal es muy agradable.

La restauración no se pasa, ni en calidad ni en precio y aunque se supone que no se puede entrar comida ni bebida nadie nos registró la mochila.

El dinosaurio más grande de Europa

Más allá de las atracciones propias de un parque temático, lo más característico de Dinópolis, lo que realmente vale la pena (y lo que menos tiempo nos dio a ver) fue el Museo Paleontológico. Allí descubrimos al dinosaurio más grande de Europa, conocimos el trabajo de los paleontólogos, nos aproximamos a los fósiles de multitud de animales y exploramos la prehistoria con material interactivo. Podrías pasar 2 o 3 horas en sus salas pero el sueño del Peque (en brazos desde que entramos al Museo) y las ganas de hacer pis del Mayor aceleraron una visita que merecía mucho más. Ya tenemos excusa para volver.

Los pros y los contras

Puntos fuertes:

• Espectáculos bien trabajados y ejecutados. Personal joven y con ganas que disfrutaba y hacía disfrutar. Los niños se lo pasaron como enanos con todos ellos, muy recomendable el de El último minuto. De alguna representación salieron medio llorando, sobretodo el Peque, y es que los dinosaurios intimidan…

• Paleosenda. Es una zona de parque perfecta para niños y para mayores. Además de la construcción de madera hay una parte de cuevas y otra con agua, ideal para refrescarse en un caluroso día como el que vivimos. Un espacio necesario para hacer un descanso entre el ajetreo del día.

• El Museo. Como ya he comentado solo por él ya vale la pena la visita, lo único que un día se queda corto si deseas verlo con calma y no perderte ninguno de los espectáculos.

• Tienda de regalos. Además de las típicas camisetas, tazas, gorras y peluches hay gran variedad de juegos educativos y una buena librería con unos precios asequibles para lo que suelen ser estas tiendas en los parques temáticos.

Debilidades:

• Parque de atracciones. Es uno de los puntos que menos nos gustó. Hay tres atracciones y unos hinchables pero, con excepción de uno, solo puedes subir si mides menos de 1’20. El Mayor, con seis años y 1’25, quería subir, por edad le iban al pelo pero (cosas de la genética y del poco simpático responsable) se tuvo que quedar abajo. Como no estaba su hermano el Peque no estaba muy por la labor, así que esa zona fue poco transitada por nosotros.

• Sombras y agua. Hay que pensar bien la época del año en la que haces la visita. Hablamos de Teruel, donde las temperaturas se extreman. Hay una zona con chorros de agua para refrescarse pero no creo que sea suficiente en pleno agosto. La construcción de la Paleosenda, pese a ser muy divertida es un auténtico horno (y eso que era mayo). Por otro lado las fuentes de agua potable brillan por su ausencia así que mejor llevar suelto para las máquinas de agua, que surgen como setas.

• Restauración. No es muy caro (hay menús por 8 euros) pero claro, tampoco se pasan de calidad y no hay una gran variedad. El espacio es amplio (y ruidoso) en el interior y si quieres comer fuera tienes complicado encontrar una mesa. Como ya he dicho a nosotros no nos revisaron la mochila bien aprovisionada de agua, galletas y otros tentempiés, por si acaso.

• Edad. Los que más van a disfrutar de la experiencia son niños de entre 5 y 9 años diría yo. Para los más mayores los espectáculos pueden resultar demasiado infantiles aunque si les gustan los dinosaurios el Museo es la joya de la corona y solo por eso valdrá la pena el viaje. Los más pequeños también pueden pasar un buen rato, además la zona está bien adaptada para ir con carrito. Eso sí, más de uno sale llorando ante la presencia de los gigantes prehistóricos.

En definitiva es una excursión muy recomendable, además tiene la ventaja de que está en Teruel y alargando el fin de semana puedes conocer también la ciudad. Quitando las debilidades nombradas, toda la familia puede disfrutar de un día diferente, aprender mucho y volver a casa pensando que has llegado a sentir lo que hubiera sido vivir entre dinosaurios.

¿Habéis ido a Dinópolis? Contadme vuestra experiencia y si no espero haberos despertado las ganas.