¿Qué diferencia hay entre niños y niñas?

Andaba yo dándole vueltas al tema del machismo, de los roles y de cómo hacer para poder criar a mis hijos sin que acaben cargados de prejuicios en cuanto a las diferencias entre hombres y mujeres, cuando se me ocurrió algo. No hace mucho el mayor me montó un pollo porque no quería una camisa rosa que tenía idea de comprarle para una boda y decidí que antes de actuar lo mejor sería preguntarle directamente como ve él a los niños y a las niñas.

Le pregunté porque quería ver hasta qué punto había calado ese mensaje que nos llega desde todas partes. El mensaje de que los hombres son los fuertes y protectores, los que no lloran y los que cargan con la responsabilidad del mundo. El mensaje de que las mujeres son las sensibles y delicadas, las que deben ser cuidadas y protegidas, las que lloran y deben estar bellas hasta con la gripe. Quería saber si esa distinción había llegado ya a su mente, cómo podría influir mi propio comportamiento y el de su padre en su percepción de los roles y actuar en uno u otro sentido en caso de que fuera necesario.

La pregunta inicial fue ¿qué diferencia hay entre un niño y una niña? Estas fueron sus respuestas:

• “Las niñas llevan el pelo largo, aunque algunos niños también un poco”
• “Las niñas llevan pendientes”
• “Se ponen vestidos”
• “Crecen menos” (¿?)
• “Los chicos son más fuertes que algunas chicas, también hay personas más altas”

Cuando le pregunté ¿qué hacen los niños y qué hacen las niñas? La cosa se matizó un poco:

• “Las niñas juegan a princesas y los niños a superhéroes” (tal cual)
• “Las niñas juegan juntas y los niños van por su lado”

Y lo más interesante para mí fue cuando la pregunta fue “¿Qué cosas hacen los hombres/papás y qué las mujeres/mamás?”

• “El papá juega más y la mamá hace otras cosas” (:()

 

Conclusiones

Cuando hablábamos de niños y niñas los resultados me parecen alentadores ya que como veréis a sus casi seis años no hay más distinciones que las puramente físicas y esto me hace pensar que para los niños las diferencias son solo las que todos podemos observar, una niña es una niña igual que un señor alto es un señor alto. No hay prácticamente prejuicios. Si esto se mantuviera así sería fantástico, pero como esta sociedad alienta esas diferencias superficiales y las encasilla en roles, al final estos acaban formado parte de su vida y empieza a emplear frases como «niñas princesas – niños superhéroes» o a desterrar el color rosa de su armario (aunque él me dice que es solo porque prefiere otros colores, el niño no es tonto y a mí se me ve el plumero).

Pero lo más importante fue que me sirvió para comprobar como si bien entre niños no ven diferencias relevantes, por decirlo así, la cosa cambia cuando se traslada a los adultos. El papá juega más y la mamá hace otras cosas me indicó que en mi papel de mujer/madre estoy asumido tareas que me quitan tiempo para estar con ellos, delego en papá para jugar mientras preparo la cena o escribo un post. Un aspecto que ya he cambiado, he empezado a jugar más y como ellos quieren, en breve hablaré de ello.

Pues hasta aquí este mini experimento, espero que os haya gustado. Es mi forma de dar el primer paso para que las cosas cambien, para que impere el respeto y que lacras como la violencia de género vayan camino de la extinción. Por eso os propongo que lo hagáis vosotros también. No solo ayuda a conocer mejor a nuestros hijos, sino que somos conscientes de hasta dónde llegan los prejuicios, en qué medida los padres podemos ser los responsables y actuar en consecuencia.

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