Un episodio real de histeria colectiva infantil

Pongámonos en situación: Un día de cole cualquiera, 29 niños del último curso de infantil (5 y 6 años), una profesora sustituta (veterana) y unas pinturas lanzadas al suelo.

Así comenzó lo que algunos de los presentes describieron como “una fiesta”, otros como “el día más divertido del cole” y otros como “un desastre”. A las pinturas lanzadas les sucedieron las botellas de agua que, de organizadas en su caja, pasaron a formar un charco gigante en el suelo, los niños patinaban felices sobre el agua y sobre el contenido de las papeleras volcadas. Era cuestión de tiempo que las mesas acabaran en el suelo también y las sillas empezaran a volar por los aires mientras alguien enarbolaba un mocho cual bandera victoriosa.

No hubo heridos graves que lamentar, algún chichón por efecto de la silla voladora, alguna culada por el agua vertida y algún golpe de mocho en la cara. Nada grave…

Y diréis ¿y qué hizo esa profesora desbordada? Pues lo que pudo, cuando las peticiones de orden se ignoran y la autoridad no es reconocida poco se puede hacer ante una situación de descontrol similar. Los responsables acabaron repartidos por el resto de clases para poder retomar la calma.

Lo que yo me pregunto es ¿qué lleva a este grupo de niños a provocar semejante caos en un aula? Al pensarlo lo primero que vino a mi mente fue el fantástico libro El Señor de las Moscas. Es el mejor ejemplo de cómo un grupo de niños civilizados y educados pueden convertirse en una auténtica masa sedienta de sangre. Es como una especie de psicosis colectiva que les hace ajenos a la realidad. Es a su vez un ejemplo de la influencia del grupo sobre el individuo, algo que nunca se te hubiera ocurrido hacer pasa a ser prioritario solo porque lo hacen los demás

En este caso alguien llevó a cabo una conducta inadecuada, que fue aplaudida y seguida por la camarilla. A ese acto siguió otro y otro más hasta que se perdió totalmente el control y el comportamiento irracional se hizo dueño de la situación.

No pretendo juzgar la situación ya que, como bien señalaba una amiga profesora, es muy difícil valorar unos hechos sin haberlos presenciado. Ni siquiera vale lo que me diga mi hijo porque lo que para él fue una fiesta sin mayor importancia para otro fue un episodio muy desagradable y caótico. Y lo mismo sucede con los padres, como os imaginaréis estos días se ha oído de todo. Desde los que abogan por el castigo ejemplar, pasando por los que culpan a la profesora por no saber controlar la situación hasta los que lo dejan en la anécdota son cosas de niños.

No soy capaz de decantarme por una opción. Culpabilizar de todo a los niños causantes, podría ser. Pero si conoces a esos niños, sabes los cariñosos, amables y educados que son cuando los tratas, no parece justo. Culpemos a los padres entonces, ¿sí? ¿somos responsables al 100% de la conducta de nuestros hijos en todo momento y situación? Solo nos queda la profesora, se le fue de las manos, puede ser, pero ¿quién de nosotros sería capaz de mantener bajo control absoluto a una clase compleja con varios niños muy inquietos?

Desde luego también hay quien no busca causas ni culpables, son cosas de niños, y ahí se queda, el fútbol es así. Es la salida más fácil claro, la que menos quebraderos de cabeza va a dar. Pero bajo mi punto de vista un episodio de esas características debe provocar al menos una reflexión, reflexión en la que no nos dejemos fuera ningún factor.

Si sumamos un largo curso escolar, demasiados niños por aula, varios de los cuales son muy movidos, y una profesora poco acostumbrada a trabajar con ellos no debería extrañarnos este resultado. ¿Nadie recuerda un episodio similar en su época escolar?  No pretendo quitar relevancia al asunto, y demos gracias a que ninguna silla voladora causó males mayores, en ese caso el asunto no habría quedado en la anécdota. Y a eso me refiero, los niños se comportan como niños, lo que implica a veces cierto grado de salvajismo, pero parece que no haya nada que hacer hasta que pasa algo grave que es cuando saltan todas las alarmas y se empiezan a plantear opciones.

Opino que aún sin haber pasado nada se debe hacer reflexionar a los niños, yo lo he hecho con el mío. El respeto es algo que les debemos inculcar desde que son pequeños, no solo eso, hay que enseñarles también a mantener su identidad, a que no se deje llevar por influencias que sabe negativas. Y quizá si en las clases se trabajara de otra manera en lugar de hacer fichas y fichas hasta que acaban rendidos  esa situación no se habría dado.

Son muchos los factores a valorar, solo quería dejarlo ahí. Sé que hay muchos profesionales de la educación, además de madres y padres, por aquí. Os invito a comentar o al menos dejo del tema para pensar el ello…

18 comentarios en “Un episodio real de histeria colectiva infantil

  1. Como bien dices hay que ponerse en situación. Yo tampoco me decanto por una posición u otra, y soy educadora infantil jeje. Más bien creo que fué un cúmulo de situaciones, la maestra con menos experiencia, un niño revolucionado o varios, a los que otros compañeros les ríen las gracias y se unen al «cotarro» y sobre todo el hecho de ser niños y no ver el peligro dónde sí lo puede haber y el hacer de cualquier circunstancia o situación un juego y una diversión.
    Y respecto a las opiniones de los padres…es como todo, nunca llueve a gusto de todos, pero desde mi humilde opinión, creo que estos conflictos en el cole se deben hablar en cada casa y hacer entender a los niños que esto no está bien, porque está claro que hubo un «cabecilla» y quizás a ese, habría que explicárselo con más calma. La educación viene desde casa, en el cole solo se enseña. Un abrazo.

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    • Es cierto, a veces cometemos el error de pensar que en el cole ya les»educan» y este es un trabajo que empieza en casa. Si en el cole los dejan sin patio pero luego en casa no hay ni una simple reflexión, ya no digo castigo, estamos abonando el camino para niños irresponsables, entre otras cosas… Muchas gracias por dejar tu opinión. Saludos!

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  2. Puff no se que decirte, la culpa no es 100% de alguien, fue un cumulo de factores..En mi opinión se podía haber cortado antes esa situación(no lo he presenciado, como tu dices, es una mera opinión) porque total los causantes han acabado desperdigados igualmente por otras clases..Muy importante, inculcar a los hijos,lo de no dejarse llevar por el grupito de turno..y mucho menos consentir malas acciones por parte de sus amigos. Y ya para rematar..»esto en mis tiempos no pasaba» ibamos mansos cual rebaño, es cuestión de autoridad,porque en todas las clases hay algún niño «movidito», pero la maestra nunca dejaba que afectase al resto, ni nosotros que nos afectase. Hoy en día el concepto de autoridad, se ha endiablado, y a perdido su sentido, y no hablo de castigos ni de «látigos», solo de educación.

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    • Bienvenida!! Como dices lo importante es inculcarles lo de no dejarse llevar, que desarrollen su propio criterio y sean personas fuertes pese al entorno. En mis tiempos sí que he visto yo alguna burrada que otra… pero bueno lo importante es saberlo controlar y sobretodo que ellos sean conscientes de sus actos. Nos vemos!

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  3. No soy anti castigos. Soy de las que piensan que los niños tienen que tener normas y sus actos consecuencias dentro de que son personas individuales y tienen que poder equivocarse y aprender de ello. En este caso es tan difícil responsabilizar a alguien por los actos de muchos. Aun cuando uno fuera el que iniciara el caos, no sabemos (yo no lo creo) que su intención fuera lo que vino posteriormente. Cada uno reacciona de diferente forma ante las situaciones.
    Tal vez no un castigo, pero sí una charla con profesores, padres e hijos. Que no caiga en saco roto.
    Es mi opinión 🙂

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  4. Ahora de camino al cole, he escuchado a unas madres hablando de lo sucedido..y aun es peor de como lo has descrito y como decían ellas, cada día te vas enterando de una cosa distinta..Como han dicho por aquí tomar cartas en el asunto, muy a mi pesar y como maestra de Inf , empezando por la profesora, porque hasta llegar a esa situación de descontrol..porque sinceramente no pense que hubiese sido para tanto, pero por lo que he escuchado..era un caos.

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    • Sí, pasaron muchas cosas, pero como comento en el post al no haberlo visto de primera mano no me aventuro a ser más arriesgada. Tampoco sé hasta qué punto es bueno que la bola se haga más grande… En fin, es complicado la verdad.

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      • Exacto, tampoco quiero que se mal interprete, lo que quiero decir es que uno, se puede «descarriar»pero no los veintitantos..Que ha pasado hasta llegar a ese punto?Como tu bien dices, yo no lo se de primera mano, simplemente de oídas..y como suele ocurrir la pelicula se hará más larga de lo que es, falta saber si habrá segunda parte..un saludo! Y me encanta leerte!

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  5. Me encanta como has descrito la situacion . Es muy compleja porque intervienen muchos factores. Esta claro que como madre debo hablarlo con mi hijo ya que creo que no podemos pasar de lo paso ya que lo importante es que nosotros le expliquemos a nuestros hijos que lo que ha pasado no se debe repetir y que por eso se han tenido que ir de clase y que no pueden faltar el respeto a las personas y que en el momento que molestas a una persona lo estas haciendo . Si quieres que contigo las personas que te rodean te cuiden y te respeten tu tambien debes hacerlo.

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  6. Yo también opino como las compañeras es un cúmulo de factores en el que no se puede quedar como un hecho aislado sino que cada uno tendría que tener una charla con sus hijos y con la maestra también, por lo menos como maestra de infantil yo lo veo así, tu como yo digo «tienes que saber más que ellos» y en el momento que alguno se sale del tono de clase, cambiar de actividad o de ritmo, para que ellos cambien también.
    También influye que 29 es una clase considerable de niños y para actividades así más especiales se le puede pedir ayuda a compañeros y quizás hacerlo en dos grupos más reducidos.
    Es mi opinión o como yo suelo trabajar. Besitos.

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