Los tres años o por qué no me hace ni caso

Las rabietas de los 2, la crisis de los 3, los cambios de los 6… Si quisiéramos podríamos poner una etiqueta a cada uno de los años que van cumpliendo nuestros hijos. Pero lo cierto es que ni todos pasan por todas ni lo hacen de la misma manera.

Hasta ahora consideraba que mis hijos no habían pasado por una fase realmente crítica, de esas que dices “no hay quien pueda con él”. Han tenido sus más y sus menos, pero las transiciones han sido bastante suaves. Digo hasta ahora porque con los tres del peque estamos aprendiendo lo que es una crisis en toda regla.

El otro día me encontré con este artículo y, perdonadme si es brusco, pero me sentí totalmente identificada con el titular: “Los niños de tres años son unos cabrones”. El artículo es de hace un par de años y viene a contar lo que muchas madres y padres de un niño de esta edad estamos experimentando. Para abreviar: cabezones como ellos solos, empeñados en llevar la contraria y, esto lo añado yo, supuestamente autosuficientes: el famoso “yo puedo solo”.

Al principio te puede parecer que lo hace sin querer, cuando le dices no abras ese cajón y lo abre, no toques la consola y la toca, no tires la torre de tu hermano y la tira, no lances la pelota por la ventana y la lanza… Pero poco a poco te vas a dando cuenta de que es plenamente consciente de sus actos, la mirada desafiante es una gran pista o también cuando después de lanzar el mando al váter te dice “eso no se hace ¿verdad?”.

Hay que ser comprensivos claro, están averiguando hasta donde pueden llegar, dónde está el límite, están probando sus fuerzas…. En este punto, si no le vamos a dejar que haga lo que quiera, será importante establecer el tipo de relación. Tendremos que establecer las consecuencias de sus actos, si ha tirado el mando tendrá que entender que no podrá ver la tele, por ejemplo.

niño3Además de establecer su relación con los demás, a los tres años son conscientes de que son una persona independiente, con capacidad de acción y quieren por tanto actuar solos. Cuando no les dejamos porque creemos que no son capaces es normal que se enfaden y reaccionen mal. ¿Quieres desayunar solo? adelante, ¿te lavas tú los diente? vale. Algún empastre que otro nos harán pero les ayudaremos a desarrollar su autonomía. Eso sí, mucha paciencia.

A los tres años están descubriendo sus emociones y empiezan a tener la capacidad para expresarlas. Lo malo es que a veces sabes por qué está así y otras veces no, y como todavía no sabe mostrarlas adecuadamente acaba frustrado. Es la frustración por no tener claro cuál es su lugar, por no poder hacer lo que se propone o porque no le hagan caso lo que le provoca ese estado.

Podemos ayudarle a conocer sus emociones con frases como “estás enfadado porque no te dejo jugar”, “estas triste porque se ha ido la yaya” o “estás contento de ir al parque ¿verdad?”. Desde hace cosa de un mes mi peque dice bastante a menudo “estoy enfadado”, es un gran paso porque hasta ahora lo teníamos que adivinar. También nos pregunta a nosotros si estamos contentos o tristes.

En definitiva debemos de tener claro que no actúa así por fastidiar, no es un desobediente crónico, simplemente está buscando su sitio e intenta comprender las normas que rigen a su alrededor y la única forma que tiene de hacerlo es poniéndolas a prueba. Y todo esto mezclado con el descubrimiento de sus propias emociones y las de los demás. Como veis todo un torbellino de sensaciones y sentimientos. Por mi pate intento ser comprensiva pero firme, al final pasará, o eso espero.

¿Cómo vivís (o vivisteis) esta etapa? ¿Algún consejo?

2 comentarios en “Los tres años o por qué no me hace ni caso

Deja un comentario