Los niños y las Artes Marciales, ¿jugar o competir?

Qué favor le han hecho las tortugas ninja a los centros de Artes Marciales, pocos niños hay de entre 4 y 9 años que no deseen luchar como esos héroes de verde cascarón. El mío también, por supuesto, por eso el curso pasado media docena de padres apuntamos a nuestros retoños con cuatro añitos a la práctica de taekwondo y este año algunos hemos seguido con el karate. El problema para mí es que el nivel de exigencia, técnica y compromiso que se exige en estos centros no está en consonancia con la edad de los niños.

tortugas ninja

Estás buscando una extraescolar y el nene está flipado con las tortugas o con cualquier tipo de lucha, así que piensas -“vale, probemos, es un buen deporte”-. Todo va bien al principio, hay mucha disciplina pero trabajan y notas mejoras en la coordinación de tu (algo torpe) churumbel. Llega la primera competición y cuando ves que a tu niño de cuatro años le plantan un peto y un casco mientras le dicen -“golpe en el pecho 1 punto, en la cabeza 3”- te das cuenta de que quizá no ha sido buena elección. Cosa que se ve reafirmada cuando lo emparejan con otro dos años mayor -“porque es muy alto”- y cuando ves a compañeros salir llorando del tatami.

Ahora es cuando me decís -“Ay, Manolete, si no sabes torear pa’ que te metes”- vale, así es el taekwondo, si quieres lo tomas y si no lo dejas, lo dejé. A mi hijo no le gustó porque se lo pasaba bien, para él era un juego, así que este año hemos seguido con las artes marciales. La elección ha sido el karate donde el contacto físico no se produce hasta los 9 años aproximadamente. Trabajan técnicas, ataques, defensas, tienen ratos de juego… Aún así el nivel de exigencia sigue siendo elevado, hay presión por trabajar bien y la disciplina es fundamental. Mi hijo va como va, para él sigue siendo un juego, no acaba de controlar la técnica y además es muy nervioso por lo que lo de estar quieto en un sitio no lo lleva muy bien. Esto es un problema para el profesor que no hace más que recordar que ahí no se va a jugar y pienso -“¿y qué espera que hagan con cinco años?”-. También hemos pasado por competiciones y también he visto salir llorando a algún niño, no por daño físico, sino por no haber logrado ganar.

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¿Es esto malo? No necesariamente, los niños aprenden que no siempre se gana, aprenden a encajar las derrotas y a superarse un poco más cada día. Se imbuyen del valor del esfuerzo y asumen una disciplina que les vendrá muy bien para desenvolverse en otros ámbitos de la vida. Lo que me planteo tras mi experiencia es si este nivel de exigencia y competición es necesario a edades tempranas.

Hasta los 8 o 9 años el niño está desarrollando su psicomotricidad. Tiene que correr, saltar, trepar, nadar, patear… y todo ello desde la óptica del juego, que es como asimilan el mundo que les rodea. No se recomienda por tanto que se entrenen específicamente, además les falta alcanzar el grado de maduración para dominar las técnicas que requieren algunos deportes. Concretamente las Artes Marciales son muy técnicas e incluyen un componente mental que los niños pequeños no pueden asimilar. Lo que debe hacer un niño de estas edades es disfrutar del deporte en todas sus variaciones posibles, sin limitarse, sin aburrirse de repetir lo mismo una y otra vez, sin sentir la presión de una competición. Si esto no es así corremos el riesgo de que con 14 años acaben saturados del deporte, precisamente una edad en la que es muy aconsejable.

No digo que si un niño quiere hacer artes marciales, fútbol o natación no lo haga, solo que se tenga en cuenta que el juego a según qué edades debe ser lo primordial. Los centros deportivos deben saberlo y contar con profesorado especializado en niños, preocupado por que el niño disfrute de la clase más que de perfeccionar los Heian.

¿Qué os parece el tema? ¿Es bueno que los niños compitan tan pronto?

Un comentario en “Los niños y las Artes Marciales, ¿jugar o competir?

  1. Lo primero que te recomendaría, es que te busques un buen sensei. Que con cinco años me estés hablando de que los llevan a competiciones ya sé de qué tipo de centros me estás hablando, más cuando veo en tu foto un montón de peques muy pequeños ya todos con el cinturón amarillo (cosa que canta mucho). Has de tener en cuenta que hay centros donde solo les importa hacer más y más alumnos, donde avanzan cinturones sin merecerlo y la filosofía de éstos no es la del kárate.
    Por otro lado decirte que el kárate es disciplina, concentración, repetición. Eso hace que nuestros hijos aprendan a controlarse, a saber donde pueden jugar y desbocarse y donde no. Más que un deporte es una filosofía de vida y eso debería transmitírselo el sensei a los niños. Si a los padres eso no nos gusta, no tenemos más que cambiarlo de deporte, aunque lo justo debería ser enviarles al deporte que les guste y aceptar sus reglas y consecuencias.
    Yo soy federada en natación y me encantaría que mi hijo también, pero le gusta más el kárate y me pide ir, incluso más días, él elige su deporte. Tiene cinco años, no compiten ni se les ocurre, no pasan cinturones más que con esfuerzo, el profesor no se vende con nadie, les instruye en el kárate pero también en cosas de la vida (que tienen que respetar a los padres, la constancia, cosas de salud, de la mente, tienen que vestirse solos…). En resumen, es un verdadero sensei, no un simple profesor de kárate.

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