Cómo decirle a tu hijo que no necesita móvil cuando tú dependes de él

Cuando los niños pequeños empiezan a pedir tener móvil hay que pensar bien lo que se les dice, recordemos que para nosotros se han convertido en algo imprescindible y los argumentos con que se lo neguemos pueden volverse en nuestra contra.

Hasta hace unos días mi hijo mayor no me había pedido nunca un móvil, ahora tiene cinco años y medio y todavía le quedan bastantes años sin teléfono. La conversación fue como sigue:

-Mamá quiero un móvil

-¿Un móvil? ¿Para qué quieres tú un móvil?

-Para buscar cosas y hablar con mis amigos

-No te hace falta, ya tiene la mamá

La cosa siguió, hablando de a qué años podría tenerlo, etc. Pero lo que me hizo pensar, cuando repasaba la conversación, fue su respuesta y la mía. No quiere el móvil para jugar, ni para mandar mensajes, lo quiere para “buscar cosas”. Esto me gustó, los niños son curiosos por naturaleza y el mío se ha dado cuenta de que es una herramienta que ofrece mucha información. Esto se debe al uso que yo hago de él, la curiosidad también es mi fuerte y ante cualquier pregunta recurro al móvil (no puedo ver una película sin buscar antes en filmaffinity).  Y por otro lado está mi respuesta, “ya tiene la mamá”, o lo que es lo mismo, le estoy reconociendo que es necesario y que con el mío nos apañamos por ahora.

De aquí extraigo dos conclusiones, la primera es que el uso que los niños le den al móvil dependerá en primera instancia de lo que vean en su casa. Para mi hijo el móvil no es sólo un teléfono, como tampoco lo es para mi. Hay que superar esa barrera mental que tenemos y asumir que cuando los niños de hoy sean adolescentes con móvil para lo que menos lo utilizarán será para llamar.

Y segunda y más importante no puedo decirle a mi hijo que no necesita móvil, porque lo quiera o no es una herramienta que sí va a necesitar y cuanto antes aprenda a saber utilizarla con conocimiento mejor. Esto no significa que mañana vaya a ir como una desesperada a por un teléfono. De hecho sí que puedo decirle que no necesita móvil ahora. Una de las ventajas de que los aparatos de hoy sean multidispositivos es que podemos buscar alternativas.

Si nuestro hijo quiere el móvil para jugar, buscar, ver videos, hacer fotos o escuchar música lo tenemos fácil podemos recurrir a las consolas, tablets, mp3… Alguien dirá: es cambiar una cosa por otra, sí, pero si el objetivo es que no tengan un móvil con 8 años puede valer ¿no? El uso/abuso del resto de dispositivos merecerá un tema aparte.

Cuando son más mayores seguramente quieran el móvil para mandar mensajes a sus amigos. Aquí negar el móvil empieza a ser más complicado, podemos dejarles utilizar el nuestro para cosas concretas, pero quizá sea mejor aprovechar para potenciar las interacciones sociales. En lugar de hablar por whatsapp que queden con los amigos. Quizá haya que ir más al parque, lo que tampoco está de más.

Establecer tiempos de desconexión

Pero no nos engañemos, si queremos negar el móvil de forma coherente a nuestros hijos pequeños, lo único que podemos hacer es que vean que no es tan importante, que no es imprescindible para su vida (por ahora) y la única forma de hacerlo es dejar de vivir pegados a él. No llevarlo a todas partes, no dejar de prestar atención al niño por leer los mensajes, no ponerle a todas horas videos o juegos… Una idea podría ser establecer momentos de desconexión en casa, dejamos todos los aparatitos y nos juntamos un rato a jugar, a hablar o a hacer la cena.

En definitiva ¿es malo que los niños quieran móvil? Más que malo pienso que es fruto de la sociedad que nos ha tocado vivir. Muchos de nosotros nacimos con dos cadenas de televisión y un teléfono para toda la casa, nuestros hijos nacen casi con perfil en Facebook. Bajo mi punto de vista el desarrollo tecnológico y el acceso a la información es positivo, de lo que se trata es de enseñarles a utilizarlo de forma racional, aprender a discernir la paja del trigo, no naufragar en los océanos de redes sociales… Este es el reto al que nos enfrentamos como educadores.