¿Y si no hubiera sido madre?

Se cumplen seis años desde que soy madre, un acontecimiento que llegó a mi vida sin planearlo demasiado. Apenas llevaba un par de años conviviendo con el futuro Papá y la posibilidad de ser padres se planteó de forma natural, aunque sin demasiada reflexión, al menos por mi parte.

El día que me disponía a celebrar mi 31 cumpleaños el test de embarazo me dijo que esa posibilidad se había hecho realidad y lloré, mucho. De alegría diréis, pues no, al menos no en su mayor parte. Eran lágrimas de miedo, de pensar que ese proyecto iba a ser una realidad y no sabía si estaba preparada para asumir tal responsabilidad. Ese día estuve en una especie de estado de shock y después entré en la burbuja de embarazada feliz que me llevó tranquilamente hasta un viernes santo de hace seis años.

Cuando me pusieron encima esa cosita azulada y resbaladiza viví un nuevo estado de shock. Lo mío no fue como en las películas amor a primera vista, lo cierto es que me costó hacerme a la idea. Lo miraba en su cuna y pensaba si era realmente mío. Después leí que es algo que les sucede a muchas madres, una especie de desapego, una falta de la pasión maternal que se supone debes sentir desde el primer día. Al llegar a casa del hospital, cerramos la puerta y volví a llorar, puede que fueran las hormonas descontroladas, pero sé que fue de nuevo el miedo. Tenía esa nueva vida delante y yo era la responsable de ella, para siempre.

Y es que es una responsabilidad que pesa. Hay días en los que pienso que habría pasado si no hubiera sido madre. Veo a mis amigas más íntimas sin hijos y les digo que no saben lo que se pierden. Es verdad, no lo saben y por tanto no pueden añorar o desear algo que no conocen. Pero yo sí sé lo que me pierdo, sé que no puedo organizar una escapada y salir al día siguiente, sé que no puedo leer un libro del tirón o ver una serie todas las noches, sé que no voy a dormir a pierna suelta en mucho tiempo, sé que no puedo salir a cenar, al cine o al teatro cuando quiera, sé que tengo que pensar en comidas y poner lavadoras aunque no me apetezca… Pero también sé una cosa…

A los pocos días de tenerte en casa tras mis estados de shock pasó algo. Nos miramos, tú y yo, y sentí que el corazón no me cabía en el pecho. Mientras te miraba me daba cuenta de la enormidad que había hecho, de lo fabuloso que eras, de la suerte que iba a tener de verte crecer y del reto que eso suponía para mí y entendí que eso es lo que me habría perdido si no hubiera sido madre: Conocerte.

Desde el momento en que me quedé embarazada pensé en escribir un diario, tu tía me regalo un precioso cuaderno para tal fin, pero quedó en blanco. Cuando naciste pensé que no podía pasar más tiempo sin contarte lo fantástico que eras de bebé y mis experiencias como madre. Han tenido que pasar casi seis años hasta que he puesto negro sobre blanco estas experiencias. Te has criado alegre, inteligente, cariñoso, sociable, persistente y con un elevado sentido de lo que es justo. Cada día me sorprendes con algo nuevo y se que eres el reto más apasionante que tendré en mi vida.

Sé que soy exigente contigo, más que con tu hermano, ser el primero tiene esa desventaja. Siempre pidiéndote un poco más de esfuerzo, un poco más de paciencia, un venga que si que puedes, aunque a veces no sea así. Lo siento hijo, pero es que te tengo en tan alto pedestal, has colmado tanto mis expectativas maternales, me has forzado de tal manera a ser mejor persona, que a veces se me olvida que  lo único que importa es mirarnos a los ojos y sentir ese vínculo que surgió hace seis años.

Eres mi niño perfecto con todas mis imperfecciones.

Felices 6 años.

Te quiere, Mamá.

 

PD: Cuando leas esto, te invito a comentar ¡aunque te de vergüenza!

 

13 comentarios en “¿Y si no hubiera sido madre?

  1. Felicidades al mayor!!! y a la madre!!! yo tuve una cesárea de urgencia y a los mellizos se los llevaron rápidamente a la incubadora. así que lo primero que sentí es un descoloque total, tanto que ni siquiera lloré hasta dos o tres días después. Y fue de alegría (y alivio). Mis peques habían llegado antes de tiempo y pequeñitos pero estaban sanos y saldrían adelante. Un beso y disfruta del día!

    Le gusta a 1 persona

  2. Me siento taaaan identificada con lo que has escrito. Yo también estuve en shock cuando vi el positivo, tampoco senti amor a primera vista con mi niña cuando nacio, aun hay días (pocos ya) en los que no me creo que tengo un bebé. Pero lo tengo y como dices este es el reto más grande que tendré en la vida.
    Acabas de describir totalmente mis sentimientos. Y yo me sentia muy mal por sentirme asi. Ya menos…
    Me quedo con tu blog y tu experiencia. Un beso.

    Le gusta a 1 persona

    • Lo cierto es que te sientes fatal cuando eso pasa, pero es algo que nos pasa a muchas y es que no es para menos, ¡menudo cambio de tener un hijo a no tenerlo! Necesitamos un periodo de adaptación.
      Gracias por tus palabras y disfruta mucho de tu niña. Besos

      Me gusta

  3. Pingback: El valor de los regalos |

Deja un comentario